lunes, 8 de junio de 2015

REFLEXIONANDO UN POCO SOBRE LOS GRADOS DE SANGRE EN LA FORMACIÓN DE NUEVAS RAZAS EQUINAS.

Ing. Guido Seravalli Bravo. MSc.
Director Ejecutivo Asoibero
Juez y consultor internacional.


Este fascinante pero profundo tema técnico, debe ser abordado con seriedad, conocimiento y responsabilidad. Existe en la actualidad, un interesante debate en ciertas esferas de criadores y técnicos sobre la importancia o no de formar nuevas razas equinas, bajo el precepto zootécnico de los “grados de sangre”, concretamente con el binomio algebraico  prefijado de 5/8 raza A y 3/8 raza B (62.5 % de A y 37.5 % de B), tan misteriosamente exitoso en los bovinos.
En el mundo hay más de 300 razas y eco tipos de caballos, todas con morfologías especificas adaptadas a las diversas finalidades y condiciones ambientales del planeta. Todas ellas a pesar de sus a veces grandes diferencias, siguieron caminos semejantes.
El proceso de formación de nuevas razas esta compuesta en términos generales de 2 fases: la primera es la fase de cruzamiento y la segunda la endogámica o de consanguinidad, en ambas se utiliza constantemente la selección morfo funcional de acuerdo con los estándares de la raza en formación contenidos en el  Patrón Racial del Stud Book respectivo. Teniendo siempre en cuenta la regla de oro en zootecnia: “LA FUNCION DETERMINA LA FORMA”
En el siglo XX en los Estados Unidos, se formo la primera “raza animal sintética”, fue la raza Santa Gertrudis, una raza de bovinos para la producción de carne tropical, en la que se fundieron las características productivas del ganado europeo (Bos taurus) con las de fortaleza y rusticidad de las razas cebuinas (Bos indicus).
 Este trabajo fue realizado en el King Ranch, usando 2 razas progenitoras: el Short horn y el Brahman, 5/8 del primero con 3/8 del segundo, o sea un bimestizo. Hasta entonces nunca se habían utilizado estos grados de sangre para formar ninguna raza equina en el mundo; este trabajo genético dio resultados “mágicamente positivos”, siendo utilizado hasta el día de hoy para formar un sin número de razas bovinas “bimestizas o sintéticas”.
Sin embargo las leyes genéticas involucradas en dicho proceso, obedecen a los preceptos de la genética cuantitativa y de poblaciones, las cuales estudian la herencia, genes e interacciones de aquellas características que son cuantificables, como litros de leche /día, Kg. de ganancia peso/día, altura, largo y profundidad corporal, calidad de canal, kg de carne, circunferencia de caña y escrotal, ciclo de batidas o velocidad, etc. En ellas intervienen múltiples genes,  no solo un par de alelos como sucede en los caracteres Mendelianos. Además de que dichas características presentaban en general valores medios y altos de Heredabilidad. 
En el caso de las razas equinas de silla, tal es el caso del caballo Iberoamericano y otras, todas las características relacionadas con su mecánica de desplazamiento, obedecen a una compleja e incuantificable interacción genética - ambiental. Por lo que resulta bastante aventurado predestinar la formación de la “raza del futuro”, a ciertos grados de sangre prefijados aleatoriamente. De aquí se infiere la enorme importancia de los procesos y criterios de selección, en esta etapa fundacional en que se encuentra el genoma de la población mestiza.
En la primera etapa o fase de cruzamientos, la presión de selección vía estándar racial, tanto para los atributos morfo anatómicos como para los funcionales, debe ser aplicada cuidadosamente generación tras generación. Es de imperiosa necesidad, iniciar las valoraciones en la población reproductivamente activa del Registro Genealógico, iniciando aunque sea por los machos con más de 4 años de edad.

Así mismo, dentro de unos pocos años, se deberá cerrar el Libro de Fundación para pasar a la segunda fase o fase endogámica, que como se dijo, es la etapa de “fijación de características”, lo que solo se consigue a través de la cuidadosa aplicación de la consanguinidad lateral, potencializando el uso de los sementales élites de dichas poblaciones, pero muy minuciosamente seleccionados.
 Parece ser según algunas pocas observaciones de campo, que un binomio cercano al 62 % de sangre Ibérica y un 38 % de Paso Costarricense, produce progenies Iberoamericanas de buena calidad; sin embargo habrá que esperar a tener mayor información para saber si esto es correcto. 
 Para apoyar el cierre del Libro de Fundación, se deberá considerar entre otras cosas, la Población Efectiva existente en el momento, o sea la cantidad de yeguas registradas y en edad de reproducción. Ojala y no sea menor a 2500 hembras.
Esta etapa debería iniciarse tal y como ya fue dicho, cuando se tenga un número de hembras en edad de reproducción, suficientemente numeroso que garantice la variabilidad genética necesaria para lograr el progreso genético deseado por generación. Otra estrategia que ayudaría en este largo pero gratificante proceso de consolidación, es la de establecer listas de sementales selectos de acuerdo exclusivamente a sus progenies, esto potencializaría su uso reproductivo aumentando en la población la Frecuencia  Génica de sus alelos.
Esta lista no debe ser excluyente, tendría un carácter informativo (guía), o sea los garañones que no estén en ella también podrán utilizarse  para la reproducción, pues eso ayudaría a mantener una adecuada Variabilidad Genética en la Raza, la cual a su vez, sea garante del progreso genético sostenido de la misma. Los que si quedaran fuera, son aquellos portadores de defectos descalificantes según el Patrón Racial vigente.
Los actuales descubrimiento de los Genomas Humano y Equino, nos abre toda una caja de Pandora, ojala y sepamos utilizarla adecuadamente para la preservación y mejora genética del caballo moderno o Equus caballus.
Una vez cerrada la Fundación, con unas 4 generaciones más (G 4), a través de un cruzamiento  tipo pool gen y luego cruces  tipo inter C, si se han seguido los pasos correctamente, estaríamos ante una verdadera raza de silla del futuro; El Caballo Iberoamericano.
 Finalmente, no debemos pretender resultados brillantes a corto plazo, pues estos frecuentemente no son sostenibles en el tiempo ni garantizan la perpetuidad de ninguna población.
No podemos lograr tal desafió sin trabajar en equipo, deponiendo aquellos intereses personales para anteponer los nacionales,  esto presupone cabalgar juntos a lomo de una misma opinión para el beneficio y bien común…

        ¡ … Dios nos guíe por el sendero correcto y buena suerte…!!! 

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