Ing. Guido Seravalli Bravo MSc.
Director Ejecutivo
ASOIBERO
Es muy común, escuchar en la calle hablar de
estos dos temas como si fueran la misma cosa, lo que en la realidad no es
cierto.
El término Garañón, se refiere a una
condición anatómica y fisiológica exclusivamente, es aquel macho entero, o sea
que posee sus dos testículos normales y por ende cuenta teóricamente con todo
su poder fecundante completo. Sin embargo sus progenies no presentan valores
zootécnicos mayores a los del promedio
de la raza, o incluso frecuentemente inferiores a los valores del promedio.
En cambio, el término de “semental” implica que además de ser
completamente fértil, anatómicamente
tiene que ser también normal. Este caballo preferiblemente debe tener una muy
buena calificación en su valoración.
Es importante tener presente, que la mayoría
de las características morfológicas contempladas en el Patrón racial, presentan
valores de heredabilidad razonables, por lo que su transmisión a las futuras
generaciones vía selección, tienen una muy buena probabilidad de realizarse.
Un garañón SEMENTAL, es por lo tanto aquel
macho que produce una excelente progenie, desde el punto de vista zootécnico y genético
para una determinada raza, a lo largo de su vida reproductiva, a esta gran
cualidad se le llama en genética PREPOTENCIA.
Estos
caballos, reproductiva y genéticamente élites, suelen a veces presentar una
moderada taza de endogamia, o sea un %
razonable de consanguinidad. Por esta razón es que generalmente con el cierre
de los libros de fundación, aparecen más frecuentemente estos garañones
mejoradores (sementales).
El cierre del libro de fundación, favorece a
que tanto el Genotipo de cada animal, así como el genoma de la población,
presenten una “mayor frecuencia génica” de los genes deseables para la raza. Eso si,
debemos tener mucho cuidado de no
excedernos en los valores de consanguinidad, pues esto nos podría traer en el
tiempo serios problemas de tamaño,
fertilidad y malformaciones.