Ing.
Guido Seravalli Bravo MSc.
Juez Internacional
D
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esde el inicio de esta gran aventura compartida, como
lo es el formar una nueva raza equina, conocida
como Iberoamericana, los
Criadores junto con algunos técnicos, decidieron que para constituir la Raza
del nuevo milenio, el crisol de razas autorizadas en este proceso se restringiría
en forma directa a solo 4: Costarricense de Paso, Pura Raza Española, Lusitano
y el Peruano, todas razas de silla y disponibles en nuestro medio.
El pensar en
introducir otras razas extrañas al proceso en este momento de consolidación,
podría perjudicarnos más que beneficiarnos.
Ha habido en
todo este tiempo algunas personas que han estado experimentando con otras
alternativas, pero sin mayores ventajas. Han probado con razas de sangre fría y
con otras de tiro liviano, etc.
Si bien es cierto, que algunas “sangres extrañas” han
entrado en nuestro genoma poblacional, ha sido de forma indirecta, debido a que
fueron utilizadas por otras asociaciones en la formación de sus razas, siendo
algunas de estas autorizadas por la Asoibero para nuestro proceso y proyecto genético,
en el que estamos desde hace 25 años. Por eso comentábamos que ha sido de forma
indirecta y no directa.
Es importante considerar que nuestro inicio oficial
del RG cumple ya 25 años, sin embargo ya existían innumerables mestizos de
españoles con criollos de la época, por lo que en realidad nuestro trabajo
tiene mucho más de 35 años.
Por ejemplo el caso del hackney y el frisón. Son razas
muy interesantes pero no guardan ninguna
afinidad con nuestro Iberoamericano, ni en su morfología y temperamento ni en
su funcionalidad. Ambas han sido diseñadas para tiro y tiro liviano y bajo
ciertas circunstancias de doma y crianza muy distintas y especificas.
Cuando las poblaciones son consanguíneas o muy
cerradas, lo cual aún no es nuestro caso, lo que suele hacerse en estas circunstancias,
es realizar un baccros o cruzamiento de refrescamiento o retorno, pero en este
sistema se admite el cruce temporal exclusivamente con una de las razas progenitoras, o sea retornar al origen,
lógicamente con sementales de distintos linajes.
Las pruebas
de ácido desoxirribonucleico (ADN), permitirán monitorear de manera más eficaz
a las futuras generaciones.