Ing. Guido Seravalli Bravo MSc.
Juez
Internacional Oficial Federado 1408/Brasil
Director Ejecutivo Asoibero
Mucho es lo que se
habla de los aplomos, pero poco es lo que se sabe en las calles realmente.
El caballo es una
maravillosa y exquisita máquina de
desplazamientos, con 4 marchas naturales principales, paso (4 tiempos), trote
(2 tiempos), galope de trabajo (3
tiempos) y galope tendido (4 tiempos).
Para ser eficiente en
su funcionalidad a lo largo del tiempo, nuestro amigo a través de sus 60
millones de años de evolución, desde que media tan solo 30 centímetros de
altura y tenia 4 dedos adelante y 3 atrás, hasta las actuales razas modernas
del Equus caballus, desarrollo
una serie de estructuras anatómicas como huesos (205 en total), músculos (poco
más de 700), tendones, ligamentos, etc.
Gran parte de estos componentes, en conjunto conforman el “sistema de aplomos”de
un animal.
Así mismo pasa, por
ejemplo con la región corporal conocida como el riñón, cuya base ósea la
conforman las fuertes vértebras lumbares, las cuales son las vértebras más
grandes de todo el esqueleto, esto obedece a que el riñón debe ser sumamente
fuerte, pues viene siendo lo que en un automóvil conocemos como el diferencial,
por lo que debe soportar todo el torque
que se genera por la impulsión, realizada
en todos los aires, fuerza que se genera en el tren posterior y pasa a través
de la columna vertebral a todo el resto del caballo para lograr así su
desplazamiento.
Los huesos deben guardar
entre si, ciertas angulaciones dependiendo de la finalidad de cada raza, esto con el fin de facilitarle
su mecánica, así como la postura en estación, por otro lado contribuyen a suavizar
el asiento para el jinete; en concordancia con la regla de oro en zootecnia que
dice: “LA FUNCION DETERMINA LA FORMA”. Aquí los ligamentos y tendones son
vitales.
Otro ejemplo de las
correlaciones existentes entre los ángulos de ciertos huesos y los movimientos,
es el de las espaldas, pues unas espaldas (huesos escapulares) oblicuas y
móviles, favorecen más a las elevaciones (flexiones) que unas verticales y empastadas,
Utilizando una
analogía bien conocida por todos, el conjunto de aplomos presentados por los
remos anteriores o toráxicos junto a con los posteriores o pélvicos, equivalen
a lo que en un vehículo conocemos como la compensación o sistema de suspensión y sustentación.
En relación con una de
las leyes de la ingeniería, el vector que provee mayor
resistencia entre dos puntos, es una línea recta entre ambos, o sea una
columna. Para estas evaluaciones se trazan líneas imaginarias con la
orientación teórica correcta en relación a la horizontal del suelo, las cuales
comparamos con las correspondientes en cada animal.
Por lo tanto, los
aplomos anteriores vistos de frente, deberán presentar una línea recta
partiendo del encuentro o punta del pecho, llegando al suelo verticalmente,
ambos miembros deben ser paralelos entre sí. Los posteriores vistos de atrás,
deben ser lo más verticales posible con relación al suelo y paralelos entre sí;
saliendo desde las puntas de las nalgas (ptas. de los isquiones) y llegando al
suelo verticalmente, cualquier desvío en
las rodillas, metatarsos, corvejones, metacarpos, húmeros, radios y fémur, son
indeseables.
Los miembros anteriores
vistos de costado, deben ubicarse de tal manera, que una línea vertical
imaginaria que parte del cartílago supra escapular en dirección al suelo,
cayendo ligeramente atrás del talón del casco, partiendo el miembro anterior en
dos mitades parecidas.
Las cuartillas
anteriores y posteriores deben presentar sus 3 falanges bien alineadas entre sí
y su ángulo con relación al suelo debe andar cercano a 45 grados. Recordemos
que estos miembros anteriores soportan mayor peso que los posteriores. Es bueno
recordar que los cascos oscuros son más resistentes que los claros.
Ahora en relación con
los posteriores vistos de costado, recordando que son estos remos los que
cargan con la mayor responsabilidad de la impulsión, la cual se verá afectada
si existen problemas de aplomos. Aquí la línea recta y vertical imaginaria sale
en dirección al suelo desde la punta de las nalgas (isquiones), continuando su
descenso sobre la línea del metatarso, tocando piso ligeramente atrás del
talón. Sus cuartillas traseras deberán tener un ángulo con el piso de aproximadamente
45 a 50 grados.
Estos ángulos son
suficientes para amortiguar el impacto del casco contra el piso, protegiendo a
los menudillos y a todas las articulaciones en general; los animales con
adecuadas angulaciones suelen ser más longevos dentro de las ganaderías.
Las rotulas deben presentarse
firmes y musculadas, con lo que la posición de los aplomos posteriores tiende a
mejorar en la marcha. Casi todos los
problemas de aplomos suelen presentar valores de heredabilidad importantes (de
0.22 a 0.39), por lo que responden a la selección.
Los músculos ejercen su acción a través de las
articulaciones, ejerciendo sus fuerzas
Vía tendones y
ligamentos, aquellos que las cierran se denominan flexores y los que las abren
o extienden se llaman extensores.
En términos generales,
los aplomos son vitales en la vida de un caballo. Algunos defectos si son
tratados desde que son potrillos, a lo largo del se pueden minimizar con el
manejo adecuado.
Algunos de los
defectos más comunes de aplomos son: izquierdo, estevado, zambo, plantado, abrochado
de corvejones, abierto de corvejones, corvo, trascorvo, taparse, interferirse,
cruzarse, oscurecerse, cerrado de manos, cerrado de rodillas, remetido, problema de rotulas debilitando los
corvejones en la marcha, mal de cuerda, patela, sentado de cuartillas, topino,
recto de corvejones…
·
En
los dibujos siguientes, las laminas A, F del cuadro 24, son las correctas. Y en
el cuadro 25, las correctas son la A y la G. del Dr. Peter c. Goody