viernes, 28 de agosto de 2015

¡… Y HABLANDO UN POCO DE APLOMOS! ¿CON QUE SE COME ESO?

Ing. Guido Seravalli Bravo MSc.
Juez  Internacional Oficial Federado 1408/Brasil
Director Ejecutivo Asoibero

Mucho es lo que se habla de los aplomos, pero poco es lo que se sabe en las calles  realmente.

El caballo es una maravillosa y exquisita  máquina de desplazamientos, con 4 marchas naturales principales, paso (4 tiempos), trote (2 tiempos),  galope de trabajo (3 tiempos) y galope tendido (4 tiempos).

Para ser eficiente en su funcionalidad a lo largo del tiempo, nuestro amigo a través de sus 60 millones de años de evolución, desde que media tan solo 30 centímetros de altura y tenia 4 dedos adelante y 3 atrás, hasta las actuales razas modernas del Equus caballus,  desarrollo una serie de estructuras anatómicas como huesos (205 en total), músculos (poco más de 700), tendones, ligamentos, etc.  Gran parte de estos componentes, en conjunto conforman el “sistema de aplomos”de un animal.

Así mismo pasa, por ejemplo con la región corporal conocida como el riñón, cuya base ósea la conforman las fuertes vértebras lumbares, las cuales son las vértebras más grandes de todo el esqueleto, esto obedece a que el riñón debe ser sumamente fuerte, pues viene siendo lo que en un automóvil conocemos como el diferencial, por lo que debe soportar todo el torque  que  se genera por la impulsión, realizada en todos los aires, fuerza que se genera en el tren posterior y pasa a través de la columna vertebral a todo el resto del caballo para lograr así su desplazamiento.

Los huesos deben guardar entre si, ciertas angulaciones dependiendo de la  finalidad de cada raza, esto con el fin de facilitarle su mecánica, así como la postura en estación, por otro lado contribuyen a suavizar el asiento para el jinete; en concordancia con la regla de oro en zootecnia que dice: “LA FUNCION DETERMINA LA FORMA”. Aquí los ligamentos y tendones son vitales.

Otro ejemplo de las correlaciones existentes entre los ángulos de ciertos huesos y los movimientos, es el de las espaldas, pues unas espaldas (huesos escapulares) oblicuas y móviles, favorecen más a las elevaciones (flexiones)  que unas verticales y empastadas,

Utilizando una analogía bien conocida por todos, el conjunto de aplomos presentados por los remos anteriores o toráxicos junto a con los posteriores o pélvicos, equivalen a lo que en un vehículo conocemos como la compensación o  sistema de suspensión y sustentación.

En relación con una de las leyes de la ingeniería, el vector que provee  mayor  resistencia entre dos puntos, es una línea recta entre ambos, o sea una columna. Para estas evaluaciones se trazan líneas imaginarias con la orientación teórica correcta en relación a la horizontal del suelo, las cuales comparamos con las correspondientes en cada animal.

Por lo tanto, los aplomos anteriores vistos de frente, deberán presentar una línea recta partiendo del encuentro o punta del pecho, llegando al suelo verticalmente, ambos miembros deben ser paralelos entre sí. Los posteriores vistos de atrás, deben ser lo más verticales posible con relación al suelo y paralelos entre sí; saliendo desde las puntas de las nalgas (ptas. de los isquiones) y llegando al suelo verticalmente, cualquier desvío  en las rodillas, metatarsos, corvejones, metacarpos, húmeros, radios y fémur, son indeseables.

Los miembros anteriores vistos de costado, deben ubicarse de tal manera, que una línea vertical imaginaria que parte del cartílago supra escapular en dirección al suelo, cayendo ligeramente atrás del talón del casco, partiendo el miembro anterior en dos mitades parecidas.


Las cuartillas anteriores y posteriores deben presentar sus 3 falanges bien alineadas entre sí y su ángulo con relación al suelo debe andar cercano a 45 grados. Recordemos que estos miembros anteriores soportan mayor peso que los posteriores. Es bueno recordar que los cascos oscuros son más resistentes que los claros.

Ahora en relación con los posteriores vistos de costado, recordando que son estos remos los que cargan con la mayor responsabilidad de la impulsión, la cual se verá afectada si existen problemas de aplomos. Aquí la línea recta y vertical imaginaria sale en dirección al suelo desde la punta de las nalgas (isquiones), continuando su descenso sobre la línea del metatarso, tocando piso ligeramente atrás del talón. Sus cuartillas traseras deberán tener un ángulo con el piso de aproximadamente 45 a 50 grados.

Estos ángulos son suficientes para amortiguar el impacto del casco contra el piso, protegiendo a los menudillos y a todas las articulaciones en general; los animales con adecuadas angulaciones suelen ser más longevos dentro de las ganaderías.

Las rotulas deben presentarse firmes y musculadas, con lo que la posición de los aplomos posteriores tiende a mejorar en la marcha.  Casi todos los problemas de aplomos suelen presentar valores de heredabilidad importantes (de 0.22 a 0.39), por lo que responden a la selección.

 Los músculos ejercen su acción a través de las articulaciones, ejerciendo sus fuerzas
Vía tendones y ligamentos, aquellos que las cierran se denominan flexores y los que las abren o extienden se llaman extensores. 

En términos generales, los aplomos son vitales en la vida de un caballo. Algunos defectos si son tratados desde que son potrillos, a lo largo del se pueden minimizar con el manejo adecuado.

Algunos de los defectos más comunes de aplomos son: izquierdo, estevado, zambo, plantado, abrochado de corvejones, abierto de corvejones, corvo, trascorvo, taparse, interferirse, cruzarse, oscurecerse, cerrado de manos, cerrado de rodillas,  remetido, problema de rotulas debilitando los corvejones en la marcha, mal de cuerda, patela, sentado de cuartillas, topino, recto de corvejones…

·         En los dibujos siguientes, las laminas A, F del cuadro 24, son las correctas. Y en el cuadro 25, las correctas son la A y la G. del Dr. Peter c. Goody




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