Ing.
Guido Seravalli Bravo MSc
Juez y
consultor internacional
Es
increíble darnos tristemente cuenta, que a esta altura del campeonato exista
una inmensa mayoría de criadores que no han sacado el tiempo para leer con
cuidado el Patrón Racial de la raza, o al menos para asistir a alguna de las
muchas clínicas que la
Asoibero ha realizado al respecto en los últimos 19 años.
Es un
derecho-deber de cada criador, tener al menos una idea de cual es el animal
ideal, cual el aceptable y cual el descartable. Nuestro Estándar Racial
describe detalladamente toda la morfología (fenotipo) que el caballo
Iberoamericano debe tener, así mismo este documento explica claramente toda la mecánica
típica de nuestra raza.
A la
hora de evaluar un garañon o a una
yegua, sea en una exposición o en una cuadra, se deben considerar todos los
parámetros contenidos en el Patrón Racial, ponderándolos de forma integral,
buscando lo que los especialistas llamamos Balance Total.
Lo que
se debe buscar en una competencia de la raza, son aquellos equinos más
balanceados y correctos según el Patrón. Es preocupante escuchar de algunos
“criadores” comentarios como por ejemplo: ¿“… porque mi animal con las mejores patas
de la clase perdió el primer lugar?, o ¿“… porque mi caballo con más tamaño y
mejor morfología perdió?, etc.
La
respuesta es sencilla, no estamos juzgando solo patas, o solo el brazo, o el
mejor cuello y cabeza, o el mejor asiento, o el mejor tamaño, etc., buscamos el
mejor balance en la ponderación de
los principales atributos deseables dentro de la raza, no es solo una
competencia de trotadores, es mucho más que eso, estamos forjando una nueva y
maravillosa raza.
Tomar
una decisión basados solo en uno de tantos parámetros, sería un grave error.
Sabemos que a mayor cantidad de variables consideradas en un plan de selección
menor será el progreso genético por generación, sin embargo no hay otra manera,
“despacio pero con buena letra”.
Esta “respetuosa
y cariñosa haladita de orejas”, tiene como único fin el motivar, a los
criadores a conocer mejor los reglamentos de nuestra querida Asoibero, con lo
que tendrán mejores argumentos a la hora de conversar al respecto de un
determinado juzgamiento, así como a la hora de vender o comprar un caballo;
además esto contribuiría a la tan anhelada estandarización de criterios.
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